Carla Jara y difícil año: “Una tiene el destino súper marcado”

Carla Jara y difícil año: “Una tiene el destino súper marcado”

En el inicio de una nueva década de vida está Carla Jara, actriz y comunicadora que acaba de cumplir 40 años, quien además fue la protagonista del nuevo capítulo del podcast de moda Dale Color!, que en conversación con Eugenia Lemos comentó acerca de la ausencia de arrugas, de canas, de cómo la marcó su corte de pelo estilo moicano y por qué decidió hablar de su quiebre amoroso.

“Tengo 40 y todavía no tengo Botox”, partió contando la ex chica Mekano, dando su secreto para tener la piel lozana “en la noche, me pongo unas gotitas de vitamina C y en la mañana crema hidratante”.

También contó en el programa que “este pelo que tengo, lo hice por una campaña, en algún momento se dijo que lo hice por otra cosa, pero era una campaña que tenía cerrada desde enero y cuando me hice el cambio fue como, me gusta cómo me veo”.

Aunque Carlita también confesó que “ahora que estoy en los 40, se me notan las canas, porque rubia no se me notaban ni las había visto”, remató. Además contó que para ella, no hay problemas con cambiarse de look cada vez que puede. Recordado es el corte de pelo que se hizo cuando estuvo en el extinto reality Pelotón de TVN. 

Respecto a ese momento de su vida, Carlita le comentó a Euge que con ello “quería comunicar que era poderosa, pese a todo, eso fue. Así como me voy a pelar, porque da lo mismo no tener el pelo largo, porque sigo siendo igual de femenina, igual de power, igual de linda, teniendo un moicano y si al resto no le gusta mala suerte, yo encuentro que me queda increíble y me siento bien y hermosa”.

Pero no fue sólo el pelo, porque según recordó, “ahí me volví bien rockera usaba harto cuero, harta transparencia, en el día a día. Tengo ropa de esa época guardada, han pasado 14 años, fue un momento heavy en televisión”. 

Pero no todo fue conversar el look, también se sinceró respecto a su difícil año, “creo que una tiene el destino súper marcado, creo que la vida, el universo o Dios, quién quiera que sea, sabe perfecto que es lo que va a pasar en tu vida, creo que era lo que tenía que pasar. Todo pasa por algo mejor y eso hay que tenerlo súper claro, porque cuando uno está en medio de la tormenta no lo entiende, sin embargo, cuando logras pisar tierra de nuevo y entender y aceptar lo que está sucediendo, se te abren los caminos y empiezas con otra energía a vibrar alto (…) agradezco siempre todo lo que pasa en mi vida. He tenido momentos súper duros, súper difíciles, sin embargo, agradezco porque de eso he aprendido, he crecido, he sacado lo mejor de ese momento”.

Además dijo: “Creo que lo que me ha pasado, habla por sí solo. Y también agradezco los mensajes que recibo, que bonito ver cómo también en realidad las mujeres somos tan power, porque las mujeres somos muy poderosas, eso me encanta. Y me encanta que las mujeres se sientan identificadas conmigo y darles esa suerte de energía de decirles ‘tú también puedes’ y de no quedarse pegada en nada, en general, con las cosas que nos pasan, cuando te echan de la pega, cuando peleaste con alguien de tu familia, sino que avanzar”.

En relación a su quiebre amoroso, sinceró que “no quiero profundizar mucho en el tema. Sólo quiero decir que si lo comuniqué, es porque había que hacerlo con la verdad y para mí, la verdad siempre ha sido lo más importante, fue la necesidad de hacerlo, de decir la verdad de lo que estaba ocurriendo. Probablemente si no se hubiera sabido de la forma en que se supo, yo me hubiese quedado callada hasta que se diera por hecho, pero la circunstancia hizo que yo tuviera que salir a aclarar todo”.

Pueden escuchar o ver el episodio completo de Dale Color en Youtube o en Spotify.

Carolina de Moras: “Lo más difícil para mí fueron los prejuicios”

Carolina de Moras: “Lo más difícil para mí fueron los prejuicios”

Carolina de Moras está dedicada a las redes sociales y formatos streaming y en medio de su trabajo hizo un alto para conversar con Eugenia Lemos en su podcast de moda Dale Color! Instancia en la que confesó que tras su paso por el Festival de Viña tuvo sufrimiento.

Frente a la pregunta de Euge acerca de cómo fue ser animadora del certamen viñamarino, Carola contestó “a mí me ha costado mucho en este medio, porque han sido súper injustos conmigo y no es que estoy llorando ahora, no. Siempre se me han puesto perchas, así como no es que es muy linda, es que ella era modelo y etiquetas que me desafiaron a trabajar más duro, a ser mejor profesional, a prepárame mucho más”.

De Moras comentó el enorme trabajo que hizo para poder pararse en la Quinta Vergara, “no es que fui al Festival de Viña y me voy a preocupar sólo de la ropa, voy hacer lo que yo sé hacer que es verme bien, pero también voy a sacar lo mejor de mí, que es mi talento comunicacional. Trabajé con la Maitén Montenegro, con Claudia Berger, con una fonoaudióloga y con un periodista. Te mueres como trabajé, clases de teatro, clases de danza, llegaba a llorar (…) la Maitén Montenegro me hacía llorar de las situaciones incómodas que pasé para poder sobreponerme a momentos difíciles”.

En relación a su desempeño aseguró que “me preocupé de estar preparada, no quiero pecar de segura”, sobre todo, porque “el festival no es un escenario fácil, es un escenario complejo. Tienes que tener una tenacidad y también tienes que tener mucho autocontrol, muchas veces se te viene arriba del escenario ‘El monstruo’ y te dan ganas de salir llorando e irte corriendo y eres tú la que tiene que tener el control y el manejo”.

Agregó que “lo más difícil para mí fueron los prejuicios, porque mi primer año, si tú te acuerdas bien habían lecturas de la prensa, opinólogos que hablaban, programas de televisión que apostaban, ‘ella es pésima’, ‘lo hace pésimo’, que no sé qué cosas y al final cuando empiezas a demostrar que puedes hacerlo, que lo haces, que lo tratas de hacer, que eres humilde, que estás tratando de aprender, tratando de mejorar, que por supuesto la primera noche va a ser la más difícil, pero que la segunda ya será mejor, la tercera aún mejor y después empiezas a mostrar características que pueden sobresalir”.

La animadora recordó haber escuchado en ese tiempo “a comentaristas mujeres que decían ‘¡ay!, pero qué vergüenza la Carola de Moras, yo fuera su hija me muero de vergüenza de que sea mi madre’ y yo decía, pero oye si estoy animando un festival, no me estás evaluando como persona, soy un ser humano (…) te trataban de demonizar de una forma que era tremendo. Me acuerdo de muchos de ellos, están todos perdonados por supuesto”, bromeó. 

Pero no todo fue tan malo, “el último año, lo pasé increíble, me relajé, disfruté, bailaba, cantaba, entendía el escenario, porque es un escenario que hay que entender, no es pararse en el plató de un estudio de televisión, es un escenario con público vivo, que exige y con tiempos televisivos; entonces, esa sinergia que tiene que producirse, no es tan fácil”. 

En el episodio, Carolina también contó que tiene guardados todos los vestidos que usó en el Festival de Viña “tengo todos los vestidos guardados en unas cajitas. Se los pasé a Pato Moreno, los tiene todos guardados, solamente porque en mi casa ya no hay espacio”, sentenció. 

Además habló de su primer trabajo en una panadería, de cómo llegó a ser modelo y de la vez que le cortaron el pelo para su primeras fotos de revista, pueden ver el episodio completo del Podcast en el YouTube de Euge Lemos o en Spotify Dale Color!

Jordi Castell y cómo aguantó el bullying en el colegio

Jordi Castell y cómo aguantó el bullying en el colegio

En su segunda temporada, el podcast de moda Dale Color de Eugenia Lemos, por primera vez tuvo a un hombre como invitado. En esta ocasión, el debutante fue el comunicador y fotógrafo Jordi Castell, quien contó cómo enfrentó el bullying cuando era niño y vivía en Talca y valoró el aporte a la moda, que han ido insertando los migrantes que llegan a Chile.

Más que el ancho dio el artista nacional a la hora de hablar de moda, aseguró que le encanta la ropa americana y europea, y que tiene entre sus imprescindibles a Jorge, su costurero de barrio, “evito y trato de evitar consumir ropa que vendan en el retail, porque creo que con lo que ya tengo está bien, y ojo que me he ido deshaciendo de muchas cosas”, dijo. 

Es que Castell reconoció que toda la vida ha gustado de la moda, incluso que su abuela lo ayudaba a adaptar las prendas cuando era niño. “Siempre fui muy raro y agradezco al universo por haber podido aguantar todo el bullying que me hicieron por haber sido tan homosexual, pero siempre fui muy fijado en cómo me veía (…) En la época de Talca uno salía a pasearse a la 1 Sur, era la calle del comercio. Eran las 4 de la tarde y yo salía vestido como si fuera de fiesta”, comentó entre risas. 

Incluso le contó a Euge, cuál era su inspiración por esos años, “a los 14 años para mí, Vivienne Westwood fue el gran referente. Me acuerdo que cuando cumplí 15 años, mi mamá me permitió hacer una fiesta y yo agarré un cloro, manché todos los blue jeans, los tijeretié, les puse una cadena y me pinté con tempera unos mechones azules -acá (en el pelo), porque quería vestirme punky para mi fiesta de 15, en dictadura en el año ‘81”.

Frente a las dificultades que tuvo en esos tiempos Jordi comentó que “socioculturalmente había que dar la pelea, pero yo nunca me enteré y nunca me importó, porque es un defecto a estas alturas que nunca me ha importado lo que dijeran de mí. Hoy se convierte en una fortaleza pero, en ese momento, a mí me podían gritar las cosas más horribles y nunca me afectó (…) y que bueno, hay tanta gente que no puede vivir en paz, porque los que se creen superiores se ríen de ellos, se tienen que haber reído harto de mí, porque me gritaban cosas bien fuertes, con el tema obviamente de ser homosexual, pero creo que me importaba mucho más cómo me veía”, bromeó.

Para Jordi es un gusto la moda, eso no es novedad y tiene una particular mirada del tema en la actualidad, asegurando que cada vez la gente se interesa más en la moda, “creo que eso tiene que ver directamente con la cantidad de migrantes que hay en Chile, porque antes que llegara toda la ola de colombianos, venezolanos, argentinos, el chileno era mucho más gris y preocupado de verse similar al resto y creo que toda Latinoamérica ha tratado lo opuesto y creo que nos ha hecho muy bien”.

Por ejemplo, comentó “lo que trajeron las mujeres principalmente de Venezuela y Colombia es lucir las curvas, por muy sobre peso que tengas, lucir las uñas y el pelo, cuidarlo mucho más y me van a perdonar, pero aquí quiero detenerme, el hombre venezolano, el hombre colombiano ha venido a traer un baño de virilidad, de atrevimiento, porque genéticamente están muy favorecidos y no tienen ningún problema en mostrarlo, entonces andan con ropa en que todo se les ve mucho más”.

Destacando que “soy muy agradecido de los inmigrantes de este país, porque siento que vinieron a decorar las calles de este país. De partida, lo interracial que tenemos hoy con los haitianos que llegaron, con la gente oscura, la gente negra, los asiáticos; soy un convencido que los países mientras más mezclados, va a ser todo más lindo, es todo más alegre, más luminoso (…) No en vano el gran amor de mi vida fue un colombiano, ha sido mi relación más larga, 8 años, marcó”.

Finalmente comentó “el chileno no tiene carácter y, lo peor de todo, es que el chileno no tiene respeto a sí mismo, estoy hablando del hombre chileno no de la mujer, porque son dos cosas muy distintas. La mujer chilena, como son mujeres entienden, andan atentas, pero el hombre chileno no se corta los pelos de la nariz, hay una cuestión de higiene pero también hay una cuestión de presentación, esos pelos de las orejas, no podís”.

El episodio completo pueden verlo en el canal de YouTube o escucharlo en el podcast Dale Color! de Spotify.